Un día, mirando las fotos de tu abuelo, con tantos años que llevaba ya encima, observas cómo se contemplaba las manos. Recuerdas cómo en una ocasión te acercaste a él y le preguntaste cómo se encontraba; al no obtener respuesta, le volviste a preguntar, pero esta vez, cómo se sentía. Lentamente con voz clara y firme te contestó: "¿Te has mirado tus manos? Quiero decir, ¿te has mirado realmente alguna vez tus manos?" Tú, lentamente soltaste tus manos de las suyas y te las contemplaste de par en par, volteándolas y mirando hacia arriba y hacia abajo. No, creo que nunca las había observado mientras intentaba averiguar qué quería decirme. Entonces el abuelo sonrió y contó la siguiente historia:
"Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido a través de los años. Estas manos, aunque ya arrugadas, secas y débiles, han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.
Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando era niño, mi madre me enseñó a plegarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas. Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas. Mis manos se mostraron torpes cuando cogí por primera vez a mi recién nacido hijo. Decoradas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y amaba a alguien muy especial. Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y esposa y cuando caminé por el pasillo con mi hija el día de su boda. Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello y limpiado el resto de mi cuerpo. Han estado pegajosas y húmedas, dobladas y quebradas, secas y cortadas. Hasta el día de hoy, cuando casi nada en mí sigue trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme y se siguen plegando para orar. Estas manos son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida. "
Desde entonces, cada vez que voy a usar mis manos pienso en mi abuelo; nuestras manos son una bendición.
Hoy me pregunto : ¿qué estoy haciendo con mis manos? ¿Las estaré usando para abrazar y mostrar cariño, o las estaré exprimiendo para expresar ira y rechazo hacia los demás?
En mí no hay duda : hay un traje que se amolda a todos los cuerpos, un abrazo; y ese abrazo va para
TI.