viernes, 20 de enero de 2012

No valoramos lo que tenemos hasta que lo hemos perdido.

No todos pensamos de la misma manera ni todos vemos el mundo igual. Cada uno es como es, único, o por lo menos eso me gusta pensar a mí. Pero poco a poco nos estamos volviendo demasiado materialistas, no le damos importancia a lo que realmente importa, no valoramos lo que nos está regalando la vida.
Estoy segura de que dentro de tres años habrás cambiado de móvil unas quinientas veces y se te habrá estropeado otras quinientas más; todo esto, ¿a cambio de qué?¿qué felicidad puede traerte un móvil nuevo o un vestido recién comprado que al final quedará olvidado en el fondo de tu armario? Ellos no te van a decir "te quiero" ni te van a abrazar cuando más lo necesites.
Cuando eres joven sé que sólamente te preocupas por tener la mejor ropa que esté de moda, el móvil más nuevo que hayan sacado y el ordenador portátil que más dinero cueste, y todo esto ¿para qué? Pues menuda pregunta más tonta, para presumir delante de los seiscientos setenta y tres amigos del facebook, sí, "esos que nunca te dejarán tirados y a los que tú conoces tan bien, mejor incluso que a tus propios padres, por ejemplo"
Ahora estás a tiempo, demuéstrales a toda la gente que quieres lo que sientes hacia ellos porque desgraciadamente algún día no estarán y tendrás siempre en los labios la pregunta de "¿por qué no le dije que...?" Atesora todos los momentos que pasas con ellos, cada beso, cada abrazo, cada caricia... todo, porque sabes que en algún momento los echarás en falta y sólo te quedará el recuerdo.