miércoles, 22 de octubre de 2014

Nuestra historia inconclusa.

"Tenemos asuntos pendientes usted y yo. Así que si desea marcharse, hágalo. Pero en algún momento, en algún lugar del mundo, vamos a encontrarnos de nuevo, porque, así como la vida y la muerte se topan, usted y yo lo haremos para resolver nuestra historia inconclusa" -susurró.


..Y dejó de llorar, comenzó a poder dormir. Por su cara ya no corrían esas lágrimas durante todo el tiempo, pero el corazón se le hizo un poquito más chiquitito, se escondió y se cubrió de espinas para que nadie lo encontrara ni lo tocara... Y a eso ella lo llamó "felicidad".

Más tarde, sus caminos volverían a cruzarse para que ella aprendiera lo que significaba ser feliz de verdad.

domingo, 19 de octubre de 2014

Perdona si te llamo amor.

"Todos los seres humanos soñamos con el amor verdadero, lo buscamos día y noche por todos los rincones de nuestra vida. Unas veces lo encontramos y otras, por desgracia, acabamos perdiéndolo. Pero, ¿cómo sabes que has encontrado a tu alma gemela? Algunos la reconocen a primera vista, otros tardan años en entender que siempre la han tenido delante, pero la mayoría solo son conscientes cuando se les ha escurrido entre los dedos, entonces solo les queda respirar hondo y esperar. Esperar el tiempo que sea necesario hasta que regrese porque el amor funciona como un imán, si realmente es el verdadero solo hay que darle tiempo para que vuelva a unir las dos mitades.

En el amor dos más dos no siempre son cuatro y no sabes lo que se oculta tras cada decisión. Él sentía que le habían robado el corazón, y ni siquiera podía poner una denuncia. Empezaba así una de las peores etapas de su vida: dos meses de recuerdos y dolor. En esos momentos no aceptas que te han abandonado, ni siquiera eres capaz de contárselo a tus mejores amigos, y menos si todos están felizmente casados. Cuando alguien al que amas se va, intentas detenerlo con las manos y esperas atrapar así también su corazón, pero el corazón tiene piernas que no ves.

A los diecisiete años las relaciones van a otra velocidad. Como aún no has caído en las presiones de la madurez, te arriesgas por el amor sin importarte lo que pueda pasar".

viernes, 17 de octubre de 2014

Quedaos con mis complejos, mis miedos, mis vacíos y mis celos.

Porque nos obligaron. Porque desde pequeñas nos pusieron coronas, vestidos de tul y ropa que no nos dejaba jugar porque no la podíamos manchar. Nos dijeron: "¡Pero qué niña tan guapa!" tantas veces que creímos que eso era lo que importaba. Nos chutaron dosis diarias de príncipe azul, convirtiéndonos en yonkies del amor, aprendiendo a necesitarlo para vivir.

Las princesas son guapas, están asustadas y se enamoran del primero que las salva, y del segundo, y del tercero. Esperan en su torre sin hacer nada para escapar. Nosotras aprendimos a ser como ellas. Aprendimos a obligarnos a ser guapas, que significa fracasar eternamente en intentar parecerles guapa a las demás. Aprendimos a esperar a que el príncipe azul nos solucionara la vida, que significa construir nuestra existencia en torno a la idea de conseguir y mantener una pareja y a solo así sentirnos completas. Aprendimos que estas dos cosas eran una pelea, que significaba sentirnos amenazadas por todas las mujeres que nos rodean, no vaya a ser que sean más guapas o que su torre le pille al príncipe más cerca. Aprendimos a querernos poco y solo a costa de que nos quisieran otros.

Quedaos con mis vestidos de tul, mi príncipe azul, mi espejo y mi corona. Quedaos con mis complejos, mis miedos, mis vacíos y mis celos. Quedaos con todo eso que me habéis impuesto porque no lo quiero. Porque necesito sitio para las botas, los libros, los cuchillos y los vasos. Para los bolis, los bocadillos, las fotos y mis cuentos. Para los condones, la bici y los pinceles. Para los periódicos, el martillo, los clavos y los ligueros. Para bailar, descansar, correr y tirarme en la hierba y ver pasar el cielo. Para mis sueños, mis desastres y mis deseos. Para fracasar y empezar otra vez con mis proyectos. Para mis amigos, mis ligues, mis mujeres admiradas y mis "no quiero". Para mi vida, al margen de lo que me aprendieron.

Quedaos con mi reino, que a mí me hace falta sitio para el mundo entero.






domingo, 12 de octubre de 2014

Unos minutos más tarde y miles de sensaciones después...

Cerré la puerta y me acerqué sin saber bien qué decir cuando llegara donde él estaba. Mi cara reflejaba la tristeza, el desprecio y el rencor de quien ha sido engañado con mentiras, de quien ha sentido algo real por alguien que fue totalmente falso. Ni el rímel, ni el brillo de labios podían ocultar las lágrimas que corrían libremente por mis mejillas. Ojos rojos y una mueca de dolor era lo único capaz de mostrarle a aquel ser que maquillaba sus palabras para tratar de no herir sin saber que cada una de aquellas frases que brotaban de sus labios me iban matando lentamente. Había algo raro en esa habitación esta vez, sentía un ambiente distinto, algo así como un espacio de aire cargado de verdades. Estaba confusa, ¿estaría hablando en serio esta vez o simplemente eran imaginaciones mías? Levanto la cabeza y le miro decidida, tratando de ver lo oculto, dónde estaba la trampa, si una vez más sería víctima de la falsedad y caería enredada en su trampa tejida de mentiras y engaños. Su expresión es sincera y su voz no tiembla al cerrar la conversación con un "te quiero". ¿Era eso lo que tanto tiempo había querido escuchar? Sí, lo era. Habían sido muchos años sin saber de su existencia, sin tener una pista con la que seguir sus huellas, de historias deshilachadas que habían cobrado el sentido de toda una vida en tan solo unos segundos, de momentos de angustia ya aliviados al saber que la culpa no fue de ninguno, de lágrimas que se transformaban en sonrisas al abrir los ojos y lograr ver que la magia que sin querer se creó un día aún seguía ahí, de sueños que volvían a cobrar ese tono color esperanza con la ilusión de verse cumplidos algún día, de un "adiós" con sabor a "tranquila, de haberlo sabido siempre hubiera permanecido aquí". Me levanto, esta vez con una cara totalmente distinta a la que al principio tenía, pues la tristeza, el desprecio y el rencor habían dado paso a la alegría, la admiración y el amor; sonrío y, sin quererlo, mis brazos están rodeando su cuello mientras sus manos se deslizan suavemente hasta llegar a mi cadera. Unos minutos más tarde y miles de sensaciones después noto cómo sus labios y los míos por fin se acarician y se funden suavemente. Por una vez pude sentir que los finales no siempre tienen un tono amargo, que aún había esperanza para un alma perdida como yo.