viernes, 17 de octubre de 2014

Quedaos con mis complejos, mis miedos, mis vacíos y mis celos.

Porque nos obligaron. Porque desde pequeñas nos pusieron coronas, vestidos de tul y ropa que no nos dejaba jugar porque no la podíamos manchar. Nos dijeron: "¡Pero qué niña tan guapa!" tantas veces que creímos que eso era lo que importaba. Nos chutaron dosis diarias de príncipe azul, convirtiéndonos en yonkies del amor, aprendiendo a necesitarlo para vivir.

Las princesas son guapas, están asustadas y se enamoran del primero que las salva, y del segundo, y del tercero. Esperan en su torre sin hacer nada para escapar. Nosotras aprendimos a ser como ellas. Aprendimos a obligarnos a ser guapas, que significa fracasar eternamente en intentar parecerles guapa a las demás. Aprendimos a esperar a que el príncipe azul nos solucionara la vida, que significa construir nuestra existencia en torno a la idea de conseguir y mantener una pareja y a solo así sentirnos completas. Aprendimos que estas dos cosas eran una pelea, que significaba sentirnos amenazadas por todas las mujeres que nos rodean, no vaya a ser que sean más guapas o que su torre le pille al príncipe más cerca. Aprendimos a querernos poco y solo a costa de que nos quisieran otros.

Quedaos con mis vestidos de tul, mi príncipe azul, mi espejo y mi corona. Quedaos con mis complejos, mis miedos, mis vacíos y mis celos. Quedaos con todo eso que me habéis impuesto porque no lo quiero. Porque necesito sitio para las botas, los libros, los cuchillos y los vasos. Para los bolis, los bocadillos, las fotos y mis cuentos. Para los condones, la bici y los pinceles. Para los periódicos, el martillo, los clavos y los ligueros. Para bailar, descansar, correr y tirarme en la hierba y ver pasar el cielo. Para mis sueños, mis desastres y mis deseos. Para fracasar y empezar otra vez con mis proyectos. Para mis amigos, mis ligues, mis mujeres admiradas y mis "no quiero". Para mi vida, al margen de lo que me aprendieron.

Quedaos con mi reino, que a mí me hace falta sitio para el mundo entero.






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