domingo, 10 de diciembre de 2017

2009

Cuánto tiempo sin llamarnos. Cuántas cosas han pasado, y tú no estabas aquí. Los años no nos han cambiado; tú sigues igual de loco, y yo más loca a tu lado. Tan solo unos minutos bastan para ver que somos más que amigos... que nunca te habías ido.

Dime que estarás de por vida aquí, a mi lado, que te quedarás junto a mí. Dime que andarás locamente enamorado, como yo de ti.

Lo dejamos todo a medias, nos alejaron nuestros sueños... los dos pensamos que esta historia no iba en serio. Y ahora que vamos de la mano no hacemos más que lamentarnos de este tiempo separados. 

Yo que vuelvo a confiar en el amor... prometo no perderme. No sé qué es reír sin verte. 

jueves, 23 de noviembre de 2017

El principio de una historia sin final


Me dijiste que me amabas solo a mí. Me dijiste que me harías tan feliz. 

Te reíste cuando tú me viste llorar; el principio de una historia sin final. 
Prometiste un mundo nuevo, y te creí. Me prometiste la luna y el cielo de abril. 
Me contaste un cuento chino por demás... terminado mucho antes de empezar.

Mira, niño, yo no sé quién eres, ni cuál es tu nombre, ni qué es lo que quieres. ¡Ay, cariño! Que ya no recuerdo dónde he visto antes esos ojos negros. Y, aun así, me suena tu cara de alguna vez, en otro tiempo, cuando yo te amaba. 

Confundiste la mentira y la verdad. Confundiste ser mi amigo con amar.
Yo escribí tu nombre en la orilla del mar... Hoy la marea se ha encargado de borrarlo.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Miras diferente y siempre estás callado

Hoy te vuelves a dormir sin nada que decir. Yo me vuelvo a preguntar si esto va a algún lugar... y sigo sin respuesta. Es solo que lo nuestro no está bien y ya no sé qué voy a hacer. Ahora son las dos de la mañana; tú finges dormir bien; yo me niego a estar como si nada... vamos, háblame.

Dime qué quieres de mí... ¿me has dejado ya de querer? Hace tiempo que nos perdimos y ya nunca te encontré. Tu silencio me hace daño... Ya no sé lo que creer.

No, yo no puedo olvidar la noche de San Juan, me duele demasiado. Yo noto cuando mientes; miras diferente y siempre estás callado. Quizá tus dudas yo me las gané y ya no sé qué voy a hacer. Ahora son las siete de la mañana; te vas para pensar; yo sigo aquí desesperada de tanto llorar.