jueves, 7 de junio de 2012

Toda una vida reflejada en sus manos.

Un día, mirando las fotos de tu abuelo, con tantos años que llevaba ya encima, observas cómo se contemplaba las manos. Recuerdas cómo en una ocasión te acercaste a él y le preguntaste cómo se encontraba; al no obtener respuesta, le volviste a preguntar, pero esta vez, cómo se sentía. Lentamente con voz clara y firme te contestó: "¿Te has mirado tus manos? Quiero decir, ¿te has mirado realmente alguna vez tus manos?" Tú, lentamente soltaste tus manos de las suyas y te las contemplaste de par en par, volteándolas y mirando hacia arriba y hacia abajo. No, creo que nunca las había observado mientras intentaba averiguar qué quería decirme. Entonces el abuelo sonrió y contó la siguiente historia:
"Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido a través de los años. Estas manos, aunque ya arrugadas, secas y débiles, han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida. 
Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando era niño, mi madre me enseñó a plegarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas. Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas. Mis manos se mostraron torpes cuando cogí por primera vez a mi recién nacido hijo. Decoradas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y amaba a alguien muy especial. Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y esposa y cuando caminé por el pasillo con mi hija el día de su boda. Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello y limpiado el resto de mi cuerpo. Han estado pegajosas y húmedas, dobladas y quebradas, secas y cortadas. Hasta el día de hoy, cuando casi nada en mí sigue trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme y se siguen plegando para orar. Estas manos son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida. "
Desde entonces, cada vez que voy a usar mis manos pienso en mi abuelo; nuestras manos son una bendición.
Hoy me pregunto : ¿qué estoy haciendo con mis manos? ¿Las estaré usando para abrazar y mostrar cariño, o las estaré exprimiendo para expresar ira y rechazo hacia los demás?
En mí no hay duda : hay un traje que se amolda a todos los cuerpos, un abrazo; y ese abrazo va para TI.