Verano, siempre tan esperado.

Un curso más que acaba y, tras él, un año en el que he estado rodeada de amigos, profesores y compañeros. Adiós a los libros durante tres meses, adiós al levantarse temprano, adiós al tener que aguantar día sí día también a los profesores y sus explicaciones, adiós al instituto. Se puede decir que he dado un paso hacia la madurez, porque cada año que pasa soy más mayor y más consciente de la realidad y del futuro que me espera. El año que viene es mi último curso de la ESO, se acabó el hacer el vago, ahora tengo que esforzarme mucho y estudiar como nunca para poder ser alguien algún día. Sé que dentro de diez años miraré al pasado y recordaré estos años de mi vida como los mejores, así como también los peores porque sé que es una edad muy difícil donde empiezas a encontrarte y decidir qué quieres hacer con tu vida. Ahora mismo en mi cabeza solo pasa una palabra, diversión, porque aún soy pequeña y ya tendré tiempo luego para preocuparme por cosas de mayor importancia. Estos años jamás los volveré a recuperar, así que es mejor aprovecharlos ahora y más en esta época del año tan maravillosa como es el VERANO.