lunes, 4 de julio de 2011

Las ilusiones se quedaron en el camino.

Realizar aquellos sueños que teníamos cuando éramos niños. Todo el mundo ha querido ser alguna vez una princesa o un superhéroe, pero después creces y te das cuenta de que jamás llegarás a ser lo que desees. ¿Quién no ha querido tener un chalet en la playa o dos deportivos descapotables que sólo tiene la gente rica? ¿O ser multimillonario y salir en la televisión día sí día también? Todos, y digo todos, hemos tenido sueños que jamás se van a cumplir por mucho que nos esforcemos. La verdad, sé que la vida no es nada justa, pero me da igual. Si la vida te da la espalda.. hazle cosquillas. Creo que la felicidad no se basa en el dinero ni en la fama que tengas, como bien pensaba antes. Prefiero vivir rodeada de la gente que me quiere y sé que no me va a fallar. Sigo teniendo sueños, sí, pero ahora más acordes a esta vida. Sueño con tener una niña y un marido que me quiera, tener siempre a mi familia cerca, saber hablar varios idiomas y tener un buen trabajo, vamos, un buen futuro como yo lo llamo. No hace mucho que me dí cuenta de que el mundo no es de color de rosa, de que las ilusiones que tenía de pequeña se quedaron en el camino, porque jamás se van a cumplir, y en cierto modo, me alegro. Tiene que ser algo incómodo salir a la calle con el miedo de que te roben tus BMV o asalten tu chalet y que los paparazzi te pillen con caras horrorosas en las fotos y, encima, que haya gente que pague millones por ellas. Prefiero seguir con mi vida tranquila y, según mi punto de vista, perfecta.

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